la memoria apunta hasta matar a los pueblos que la callan y no la dejan volar

libre como el viento...

el mundO..

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó.
Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.

—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende..

Vos ves la Cruz del Sur,



respirás el verano con su olor a duraznos,



y caminás de noche



mi pequeño fantasma silencioso



por ese Buenos Aires,



por ese siempre mismo Buenos Aires...

Verde pincel pintó la luna y la volcó sobre una lienza de luz verde, como el sol de América.

Verde brocal hizo del agua, una verde concha de donde vino, siempre desnuda, la verde Venus nuestra.

Verde y más verde soy mientras me danzo en paz, cubre el verde la tierra en agraz, agraz.

América es verde, verde americano, y esa luz me sale de las manos, que son tus manos y reúnen esta vastedad salvaje de este continente.

América es verde,verde americano,y esa luz me sale de las manos, que son tus manos y reúnen esta vastedad salvaje este continente que amo...

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